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Llega a Netflix ‘Stranger Things’, una serie que viene para ser la reina del verano y si puede de paso intentará conquistar tu corazoncito más friki para convertirse con ello en una posible serie de culto. Desde luego ingredientes para ello tiene más que de sobra. La serie creada por los hermanos Matt y Ross Duffer pone toda la carne en el asador para hacernos revivir una década tan querida y añorada por todos nosotros como son los años 80, se aprovecha asi pues de la nostalgia que nos provoca, y nos despierta entrañables recuerdos de tiempos pasados, y con eso como premisa desde luego es jugar a caballo ganador.

Durante sus 8 episodios la serie nos propone un viaje al pasado lleno de referencias y homenajes al cine de dicha década, con una mezcla de géneros en sus entrañas casi infalible, que van desde el cine de Spielberg a las obras literarias de maestro de Maine, Stephen King, casi nada, con estas materias primas en su ADN es difícil que el experimento salga mal. Su puesta en escena, su manejo del suspense y su banda sonora no te dejarán indiferente, una vez más la televisión nos demuestra estar a la altura.

Escrita y dirigida por los hermanos Duffer (6 episodios están dirigidos por ellos y 2 por Shawn Levy) que ya nos trajeron el pasado verano otra serie que también manejaba el suspense y que venía producida por M.Night Shyamalan como es ‘Wayward Pines’, si bien aquella sabía mantener la intriga al menos en sus 4 primeros episodios para luego ir desinflándose ligeramente en su tramo final, aquí el manejo del misterio es más acentuado y está mejor resuelto. Pese a ello Wayward Pines fue uno de los «Sleepers» del pasado verano y quieren volver a repetir fórmula dando un paso más allá.

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Ya desde los títulos de crédito creados por la compañía Imaginary Forces nos enganchan y son totalmente ochenteros, recuerdan vagamente a los de ‘La Zona Muerta’ con quien guarda también alguna que otra similitud, la dirección artística a cargo de Chris Trujillo es todo un acierto y desde el comienzo todo se ve creible y convence. Toda la serie ha sido rodada en Jackson, Georgia, Estados Unidos. Se desconoce su presupuesto pero se presume en algunas fuentes de no haber sido especialmente cara, pese a ello visualmente luce de forma excelente, siendo quizás algún que otro efecto especial (a cargo de CoSA VFX) en su tramo final algo cantoso, pero es algo que incluso al ser una serie de aspecto retro queda bien y encaja con sus intenciones.

 

Un pueblo, unos niños, una desaparición y algo sobrenatural…

La premisa o argumento no puede ser más sugerente, nos encontramos en Hawkins un pueblecito de Indiana en el año 1983 donde el joven Will Beyers de unos 11 años tras una noche de juegos de mesa con sus amigos Mike, Lucas y Dustin, de camino a casa desaparece con su bici en el bosque cercano a la misma, esto dará comienzo a la búsqueda del chico por parte de familiares y amigos, mientras tanto junto a su extraña desaparición se desencadenan algunos misteriosos acontecimientos, hay algo más en Hawkins, algo oculto, una extraña fuerza sobrenatural se cierne sobre todo el pueblo, donde ciertos experimentos ultrasecretos del gobierno también parecen tener algo que ver, a todo ello se une la aparición de una extraña niña con poderes telequinéticos que hará que todo se vuelva cada vez más misterioso e interesante.

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La marca Spielberg impregna la serie desde su comienzo y las influencias por ejemplo a E.T. son más que evidentes en varias escenas o momentos (que van desde ese grupo de niños jugando a juegos de mesa nada más comenzar, ese cobertizo en el patio trasero de la casa con cierta importancia, el estrecho vínculo que se crea entre uno de los niños protagonistas y la extraña niña con poderes, la huida de los niños con sus bicicletas siendo perseguidos muy de cerca por hombres del gobierno…)

Como vemos estos y otros momentos son made in Spielberg, pero como he comentado más arriba no sólo del sello Spielberg vive esta serie, también hay mucho de Stephen King en ella (ese grupo de amigos donde la amistad y la lealtad es lo más importante, sucesos inquietantes que ocurren en un pequeño pueblo perdido de la América más profunda, el manejo del suspense y su estructura dividida en varias sub-tramas y personajes recuerda también a muchas de sus obras, además la construcción de los personajes es totalmente King). No faltan tampoco otras similitudes a otras películas u obras como Poltergeist’ o ‘La Zona Muerta’ y retazos de buena ciencia ficción.

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Para ello la serie cuenta con una ambientación a la altura, donde tanto la ropa de los personajes, como los decorados,  los vehículos, el atrezzo y el uso de la música a cargo de Kyle Dixon y Michael Stein (el score es maravilloso, realizado con sintetizador muy de la época puede recordar también a las BSO que componía el maestro John Carpenter, es arropada a su vez con temas de diversos grupos del momento) todo ello consigue crear una atmósfera ochentera muy inmersiva y atractiva, quizás siendo algo puntilloso el tipo fotografía utilizada no me convence del todo y a veces le pasa algo de factura, se me antoja muy moderna en algunos momentos, le falta otro filtro o grano más «retro» para que el resultado visual fuera perfecto, pero en general la ambientación ochentera está más que asegurada y conseguida.

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Además a todo ello también ayuda la infinidad de guiños y referencias constantes que hay repartidos a lo largo de los 8 episodios, y que van desde pósters de Tiburón’,Posesión Infernal’ o La Cosa’, pasando por muñecos de Yoda, Gandalf o el mismísimo Halcón Milenario, el uso de los walkie talkies para comunicarse entre la pandilla de chicos, ese instituto lleno de matones de medio pelo dispuestos a humillar a los protagonistas cuando tienen ocasión, esos bosques brumosos que esconden horrores a la luz de la luna y el ulular de los buhos, esas calles semi desiertas y mojadas con sus casas en donde sus sótanos están acondicionados y donde los niños hacen de ellos su cuartel general, todo respira esa esencia que tanto nos atrae.

La serie además no deja un momento de respiro, desde su excepcional primer episodio se nos ponen las cartas sobre la mesa con un ritmo muy cuidado, el misterio es progresivo, cada episodio nos va dando información con cuentagotas pero de forma constante lo que hace que el interés del espectador nunca decaiga. Su mezcla de ciencia ficción con pequeñas dosis de terror y drama es todo un acierto, aderezado con algo de humor bien integrado a cargo de uno de los chicos protagonistas (Dustin).

 

El acierto y la importancia de un buen casting.

Pero si la trama es interesante y maneja el suspense muy bien no menos atrayente y acertado es el casting, especialmente todo el relacionado con el grupo de niños protagonistas que me resulta simplemente maravilloso, si los niños fallan todo lo demás se desmoronaría como un castillo de naipes, afortunadamente no es así y tenemos aquí a un grupo de chavales carismáticos y que saben ganarse nuestro afecto y empatía, son un reflejo de nosotros mismos y de la esencia juveníl de los ochenta, son un grupo de perdedores, son mal hablados, frikis en exceso y jugadores de rol (las constantes referencias que hacen sobre comics, libros o películas es abrumadora…), así pues Will, Mike, Lucas, Dustin y Once son el alma de esta serie, y sí, estos niños están a muchos pasos por encima de los niños prefabricados del film de  JJ Abrams, ‘Super 8’, donde eran tan de manual y tan políticamente correctos y guapos todos ellos que te sacaban por completo de toda la esencia que quería transmitir aquella película, costaba empatizar con ellos, creértelos, aquí sin embargo son todo un acierto.

Este grupo de chicos experimentarán la aventura de sus vidas, llena de peligro, misterio, seres sobrenaturales, poderes telequinéticos, conspiraciones del gobierno y experimentos científicos, todo ello para averiguar y salvar a uno de los integrantes de su propia pandilla.

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El trío de chicos mas adolescentes formado por Jonathan, Will y Nancy también lo hacen realmente bien, cada uno metido en su rol característico y por otro lado también tópico como debe ser, destaca especialmente Jonathan, el hermano mayor de Will el chico desaparecido, que es una mezcla físicamente de un joven Leonardo DiCaprio y el actor Norman Reedus, un chico algo problemático e introvertido al que le ha tocado ser casi sin opción posible una figura paterna para su hermano menor y un gran apoyo para su madre en lo que es a todas luces una familia rota. Nancy por su parte cumple como chica modosita con algún que otro giro argumental al igual que su novio Will, los tres mantienen el tipo correctamente y son creíbles en sus papeles.

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A los adultos podríamos centrarlos también en tres personajes importantes, Joyce la madre del niño desaparecido interpretada por Winona Ryder, su interpretación de madre desesperada que está a un paso de perder la cordura se mueve entre lo correcto al principio de la serie y la sobreactuación casi en el resto de la misma, para mí la peor de todo el reparto, no me la creo en ningún momento, por suerte para contrarrestar tenemos al Sheriff Hopper interpretado por David Harbour que se marca un gran personaje (personalmente el mejor de la serie) con bastante carisma y ciertos cambios de registro y actitud a lo largo de la trama, es interesante ver la evolución de este Sheriff de un pueblo donde nunca pasa nada a lo largo del caso, que va desde la desidia inicial a la implicación más absoluta, finalmente tenemos al Dr Martin Brenner interpretado por un olvidado Matthew Modine, uno de los mandamases del experimento ultrasecreto del gobierno y que tendrá en jaque a nuestros protagonistas en todo momento, su papel es bastante arquetípico y de manual aunque funciona.

 

Una serie que llega en el momento adecuado.

‘Stranger Things’ llega en pleno boom de esta nueva moda e interés por lo «retro» que nos invade y que alcanza desde hace ya cierto tiempo al cine con la vuelta de gran cantidad de películas ochenteras para seguir reviviendo (y exprimiendo) dichas franquicias (como ‘Star Wars’, Cazafantasmas’, Mad Max’ entre muchas otras…), o películas con el corazón ochentero como ‘Turbo Kid’ o ‘It Follow’, experimentos a modo de cortometrajes de éxito como ‘Kung Fury’ pasando por la vuelta de alguna ropa de corte retro (especialmente zapatillas), incluso la música o los videojuegos (la próxima aparición en el mercado de la mítica NES de Nintendo es puro ochenterismo si se me permite la palabreja), no era de extrañar que las series también se subieran al carro (también hemos tenido la vuelta de ‘Expediente X’ que si bien no es ochentera lo que prima con ella es el factor nostalgia que consigue igualmente, y con la que también guarda alguna que otra similitud esta serie que nos ocupa).

Esta ‘Stranger Things’ ha resultado ser una grata sorpresa en muchos aspectos, porque no sólo se aprovecha y sustenta de ofrecernos un chute de nostalgia pura sin más, sino que tiene algo que contar, hay una buena historia con buenos personajes detrás de ella esperando a ser descubiertos. Esta serie para mí consigue lo que ‘Super 8’ no pudo, creerte a sus personajes e involucrarte con ellos y su historia.

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Una simbiosis entre suspense, humor y ciencia ficción se dan la mano y bien merece un visionado, porque a lo largo de sus 8 episodios tenemos una buena historia que disfrutar, de esas que a los más frikis tanto nos gustan, asi que dejémonos llevar y sentémonos en nuestro sillón favorito, desempolvemos nuestra televisión de tubo y nuestro VHS, saquemos de nuestra nevera una lata de TAB bien fría y limpiemos en nuestro trastero a nuestra queria y olvidada bici Orbea más retro, mientras suena de fondo algo de Billy Idol, el espectáculo lo pone la serie, nosotros la ilusión por revivir el recuerdo de una época inolvidable. ¡¡Ah y tened cuidado con el Demogorgon!!.

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