Dos amigos ingenuos descubren una mosca gigante en el maletero de un automóvil y deciden domesticarla para ganar dinero con ella.

¿Es una mosca o es un perro?

Tan delirante y sorprendente como siempre, Quentin Dupieux nos trae otra de sus ocurrencias absurdas para un guion surrealista como todo lo que hace.

Dos amigos a cuál más estúpido, llamados Manu y Jean-Gab se encuentran una mosca gigante en el maletero de un coche que han robado para un encargo de trasladar un misterioso maletín. Sin pensarlo dos veces deciden atarle las alas con cinta adhesiva para que no vuele y domesticarla para que traiga cosas.

Después de tener un pequeño incidente en una caravana, terminan en casa de tres chicas bastante pintorescas.

La comedia esta servida por este innovador director francés que dirige, escribe, es director de fotografía, edita y compone la música de sus películas totalmente locas. El año pasado nos trajo a Jean Dujardin en «La chaqueta de piel de ciervo», también nos ha traído historias de una rueda asesina (Rubber), una sátira a los films de Belmondo en»Bajo arresto»o unos polis que pasan drogas dentro de peces en «Wrong cop», guiones con personajes absurdos que provocan la risa inevitable.

Los protagonistas principales se parecen a «Dos tontos muy tontos» están interpretados por Grégoire Ludig y David Marsais con buena química entre ellos. También hay que destacar un personaje graciosísimo que es el de Adèle Exarchopoulos.

Un humor peculiar y un estilo muy personal con sello de la casa, son las señas de identidad que ha sabido crearse este curioso director.

Ricar

Dos tontos (¿muy tontos?) y una (gigantesca) mosca

Una premisa realmente boba, tan boba como sus dos (ganadores del Premio a Mejor Actor en Sitges 2020 Grégoire Ludig y David Marsais) protagonistas: Manu y Jean-Gab. Aunque la verdadera protagonista sin duda es Agnès (interpretada por la flamante ganadora de la Palma de Oro a Mejor Actriz en 2013 Adèle Exarchopoulous) que con tan sólo un par de escenas se mete en el bolsillo del espectador. Encasillados en la troupe de personajes cómicos absurdos junto a Harry y Lloyd de «Dos tontos muy tontos» (1994), Steve y Doug de «Movida en el Roxbury» (1998) o los Harold y Kumar de «Dos colgaos muy fumaos» (2004). Y es que, sólo en apariencia, el contenido del noveno largometraje del enfant terrible del cine francés no es apto para todos los públicos por lo absurdo de su guión, lo surrealista de su particular universo y personajes poco o nada prestados al humor mainstream. Un film presentado en Venecia que fue retrasado en un par de ocasiones hasta llegar a la cartelera española el pasado viernes 2 de julio.

Dos tipos (poco) brillantes (interpretados por el dúo cómico Palmashow) encuentran en el maletero de un coche robado (todo por la misión: ¡Toro!) una mosca tamaño XXL cuando se disponen a recoger y hacer entrega de un maletín (cuyo contenido será desconocido hasta el anticlímax). A uno de los dos (Jean-Gab) se le ocurre la idea entrenar a dicha mosca. Aquí es donde yace la particular aventura quijotesca que da el pistoletazo de salida a un Quentin Dupieux aka Mr. Oizo (Eric Flat) más abierto al público, en general. Manu y Jean-Gab son un par de antihéroes tan estúpidos que no pueden cocinar una comida sencilla sin quemar la caravana, así que uno se pregunta cómo van a entrenar a una mosca gigante para convertirlos en millonarios. Aún así, es divertido verlos deambular por los rincones más fregados del sur de Francia, tramando planes ridículos y realizando tomas dobles con latigazos.

La fotografía juega un papel importante. Subyace la idea de una transmisión del canto y homenaje a la Costa Azul francesa como personaje de fondo. El director prefiere contarlo desde la esperanzadora luminosidad de la idiotez antes de convertirlo en una floritura técnica, siempre al detalle microscópico como si de una mosca se tratase y con una propuesta bajo el brazo para que pueda meterse al público en el bolsillo. La historia (llena de ternura y simpatía) te dejará con una «tonta» sonrisa debajo de la mascarilla. Ternura por una melodía principal firmada por Metronomy que tararearás durante el resto del fin de semana (en caso de que decidas ir a verla un viernes). Simpatía que derrochan sus personajes (incluso el de Roméo Elvis) en todo momento.
A simple vista su argumento puede parecer banal, pero hay un subtexto que hace hincapié en el valor de amistad, como en las películas anteriormente mencionadas, sobre el que la misión inicialmente propuesta pivota como una pelota y cuyo eje de acción se articula como macguffin junto un final que pone de manifiesto el proceso de entrenamiento que Jean-Gab ha realizado en la mosca. Véase que nombrar al bichero sirve para dar órdenes para que así Dominique adquiera énfasis de personaje central junto a los dos descerebrados.Enmascarada como una buddy movie, este film va mucho más allá del subgénero – al que no le falta ni un ápice de humanismo – para los más acérrimos del humor absurdo, seguidores del director (poseedor ya de un estilo diferencial y un humor) francés.

Crítica de Eduardo F. Gómez

Mandibules (2020)
Mandibules poster Rating: N/A/10 (N/A votes)
Director: Quentin Dupieux
Writer: Quentin Dupieux
Stars: Adèle Exarchopoulos, Anaïs Demoustier, Dave Chapman, Grégoire Ludig
Runtime: N/A
Rated: N/A
Genre: Comedy
Released: N/A
Plot: Two simple-minded friends discover a giant fly in the trunk of a car and decide to domesticate it to earn money with it.
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