INFERNO (2016 Ron Howard)

Robert Langdon, el famoso profesor de simbología (nuevamente interpretado por Tom Hanks) se encuentra tras el rastro de una serie de pistas conectadas con el mismísimo Dante. Cuando Langdon despierta con amnesia en un hospital italiano, hará equipo con Sienna Brooks (Felicity Jones), una doctora de la que él espera le ayude a recuperar sus recuerdos. Juntos recorrerán Europa en una carrera a contrarreloj para desbaratar una letal conspiración global. Adaptación del best-seller homónimo de Dan Brown.

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Esta es, con diferencia, la peor de las adaptaciones que Ron Howard ha llevado a cabo de las novelas de Dan Brown dedicadas al personaje de Robert Langdon. Una historia confusa y truculenta en sus primeros compases que continúa a saltos, precipitándose a la hora de hilvanar los acontecimientos en detrimento de la coherencia y del mínimo de verosimilitud deseable.
Tom HanksAhora encontramos al famoso profesor de simbología postrado en la cama de un hospital de Florencia. Ha sufrido una conmoción cerebral y tiene unos nebulosos recuerdos apocalípticos. Al parecer estaba siguiendo la pista de un virus que de propagarse podría acabar con más de la mitad de la población del planeta. Con la ayuda de la doctora que le atiende, intentará encontrar respuestas a lo ocurrido porque de ello depende la vida de millones de personas; una misión no exenta de peligros.
Un comienzo realmente aturullado, impropio de un realizador tan reconocido, da paso a una trama donde unas interesantes referencias al poeta Dante Alighieri y a su tétrico imaginario del infierno pronto se convierten en un recurso del que se abusa para recrear terribles ensoñaciones de tintes escatológicos. Y ello sin dejar de reconocer que el presupuesto del que parte el film, relativo a la superpoblación mundial, invita a la reflexión, aunque finalmente acabe muy diluido y quede reducido a un mero pretexto argumental.
No obstante, la intriga se desarrolla con agilidad por el continuo cambio de localizaciones, siempre atractivas, que van desde Florencia a Estambul pasando por Venecia. Unos escenarios que aprovecha la dirección artística en lo que es uno de los pocos puntos fuertes de la película.
Por otra parte, la intención de sorprender al espectador se le va completamente de las manos. Introduce unos giros forzados y varias trampas para decirnos que nada es lo que parece, al estilo de un mago mediocre que se divierte tomándole el pelo al público, así hasta llevarnos a un desenlace muy endeble.
Tom Hanks cumple más por su carisma que por los matices que en esta ocasión aporta al papel, viéndose superado por otros compañeros del elenco como Felicity Jones y Sidse Babett Knudsen.

 

Quienes busquen sólo evasión seguramente la van a encontrar pero a costa de tragar con propuestas inasumibles.
CRITICA de EDUARDO CASANOVA
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