En un Mexico atemporal una niña se viste de una manera extraña para ocultar su género, usa una máscara de Hulk y ayuda a su atormentado padre a cuidar un campo de béisbol abandonado donde juegan traficantes de drogas

«Los hombres afortunados les pasan la suerte a sus hijos»

La película parece una gran pesadilla de la que no quieres mas que escapar cuanto antes. Es imposible imaginarse un lugar así para vivir, supongo que el tema estará algo exagerado para que parezca un futuro distopico o una fabula super violenta de los carteles de la droga.

La historia va de un pequeño pueblo de Mejico habitado por unos narcos salvajes, que han impuesto su ley y han echo huir a casi todos sus habitantes, sobrevive un padre y su hija vigilando un campo de béisbol donde suelen ir a jugar los capos.  Nuestra protagonista es  Huck (Matilde Hernández Guinea), una inocente niña con una mascara y a veces encadenada por su padre para que no «la roben» que con muy poca vida esta rodeada de muerte por todos los lados. Juguetea con tres niños disfrazados de arboles para camuflarse entre la vegetación. El padre de Huck Rogelio (Rogelio Sosa) es un un hombre adicto a la metanfetamina y con crisis nerviosas que intenta a esconder y proteger lo que puede a su hija…

Padre e hija malviven entre salvajes violentos. La niña tiene que esconderse o llevar la cara tapada y un casco para parece niño.

El director Julio Hernandez Cordón construye una leyenda infantil reflejando inocentemente su visión ante un horror difícilmente comprensible. Donde vives gracias a la «suerte» que puedas tener, ya que la vida no tiene ningún valor.

En ciertos momentos me recordó a «Mad Max» como ese futuro postapocalíptico en esas zonas desérticas donde los narcotraficantes han tomado el control total del país y las mujeres se han convertido en objetos preciados por su escasez. Una película muy dura e incomoda que podría convertirse en realidad.

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