Clare es una turista australiana que se encuentra en Berlín de vacaciones, allí conoce a Andi un profesor muy carismático y surge una atracción instantánea entre ellos. Pero lo que inicialmente parecía ser el comienzo de un romance de repente toma un giro inesperado y siniestro cuando Clare se despierta a la mañana siguiente para descubrir Andi se ha ido al trabajo y la ha dejado encerrada en un siniestro apartamento en una barriada de casas abandonadas…

En el apartamento nadie escucha tus gritos

Adaptación de la novela de Melanie Joosten 2011 y dirigida por la australiana Cate Shortland que llevaba 5 años sin dirigir desde «Lore» esa estupenda peli de la alemania nazi. Vuelve con un thriller proyectado en Sundance con buenas críticas y que ha comprado Netflix  por lo que no verá las pantallas de los cines.

Una directora que sabe transmitir sensaciones y que le ha dado a Teresa Palmer un papel en el que deslumbra en todos los sentidos y en el que lo da todo, según sus palabras el personaje que más le ha gustado de toda su carrera. El actor alemán Max Riemelt visto en «La Ola»»El niño 44″ o Napola» interpreta a su obsesivo amante.

El título El síndrome de Berlín es un guiño evidente a El síndrome de Estocolmo esa condición psicológica, donde los cautivos comienzan a simpatizar con sus captores y que Teresa Palmer consigue muy bien interpretar porque en principio parece una chica demasiado cerrada y que poco a poco con su cautiverio mostrará lo que lleva dentro.

Un thriller bastante efectivo que aunque roza las dos horas no aburre y mantiene bastante bien la tensión a pesar de ser una historia bastante simple.

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